Había un cerdo que pertenecía a un rico criador de cerdos que se dedicó por completo a criar los cerdos más grandes y gordos para el matadero.
Era famoso en la zona por sus cerdos y prácticamente todos obtuvieron sus cerdos de él.
Este hombre alimentaba a todos sus cerdos todos los días con todo tipo de alimentos buenos y de engorde, y todos los días elegía uno de los cerdos más gordos del corral para el matadero.
Uno de los cerdos empezó a notar que cada día uno de los cerdos aparecía desaparecido y que siempre era uno de los más gordos de todos los que se llevaban.
Pensó que a partir de ese día no comería mucho y que mientras todos los demás se atiborraban de toda la buena comida que traía el granjero, él solo comería tallos de plátano y cáscaras de ajo.
De esta manera empezó a adelgazar cada vez más y así evitar el cuchillo del granjero.
Este cerdo, siendo mucho más inteligente que el resto, también inventó otro plan: siempre se quedaría en el centro de todo t Los otros cerdos y lentamente cavaban un hoyo por el cual escapar.
Todos los días se rascaba poco a poco, y cada día el hoyo se agrandaba un poco hasta que el hoyo era lo suficientemente grande para sus necesidades.
Finalmente, un día cuando iba a haber una gran fiesta con muchos cerdos para ser sacrificados y comidos, él rápidamente reunió a su familia.
Ese día él y su toda la familia escapó a la libertad a través de este agujero oculto.
De esta manera, un cerdo y su familia, a través de la paciencia y la comprensión de que uno puede traer la muerte por su propia boca, salvó el día, no solo para sí mismo sino su familia también.